El cabo Joseph Scott Pemberton, uno de miles de efectivos que participaron en ejercicios militares conjuntos semanas atrás, es sospechoso del asesinato de Jennifer Laude, una filipina transgénero de 26 años cuyo nombre previo era Jeffrey. La policía filipina y testigos dijeron que los dos se conocieron en una disco en Olopango el 11 de octubre y fueron a un motel, donde el cadáver de Laude fue descubierto en el baño. Aparentemente la ahogaron en el inodoro, según el jefe de policía, Gil Domingo.
Pemberton está preso en el buque de la armada estadounidense Peleliu anclado en la zona franca Subic Bay, unos 80 kilómetros al noroeste de Manila, y las autoridades estadounidenses ordenaron al buque que permanezca allí hasta que finalice la investigación.
Bajo el acuerdo que permite a las fuerzas estadounidenses realizar ejercicios militares en las Filipinas, las autoridades locales pueden procesar judicialmente a efectivos estadounidenses, pero éstos permanecen bajo custodia de sus mandos "desde la comisión del delito hasta la finalización de todas las gestiones judiciales". En 2009, la Corte Suprema filipina sentenció que el personal condenado debe purgar su pena en instituciones filipinas.
El asesinato ha provocado algunas protestas por parte de opositores a la presencia estadounidense en Filipinas, así como de grupos gay, lesbianos y transgénero que lo califican de delito agravado por la intolerancia.
Aquino defendió el acuerdo sobre fuerzas extranjeras y dijo que el caso de Pemberton no lo afectará. Añadió que lo más importante era averiguar los detalles que permitan identificar al culpable "para que se haga justicia".
Kerry, quien se encontraba en Yakarta para la juramentación del presidente Joko Widodo, dijo que los derechos de Pemberton debían ser protegidos por la ley y los acuerdos vigentes.
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