Es una de las tops del momento. Fichada por Riccardo Tischi para Givenchy, fotografiada al desnudo para «Vogue Paris» y requerida en las mejores pasarelas internacionales, su condición de modelo transexual confirma su gran momento. Pero cuando se hizo público el nombre de su padre (Toninho Cerezo, ex futbolista de la Roma y de la Sampdoria, y miembro de la selección brasileña en los mundiales de Argentina 78 y España 82), Lea T se convirtió en una celebridad.
Bautizada con el nombre de Leandro y criada en Belo Horizonte (Brasil), durante 25 años ha sido y ha vivido como un hombre. Hoy, con 28 años, recuerda cómo su familia notaba que había algo especial en ella: «Cuando mi padre estaba en casa me miraba y me decía que había algo raro en mí. Es demasiado femenino, tenemos que hacer algo con él”, comentaba». Lea pasó su adolescencia «aterrorizada» ante la idea de la transexualidad.
La revelación del tacón
El cambio se gestó cuando conoció al diseñador Riccardo Tisci. Él era un prometedor estudiante de la St. Martin's School de Londres y ella se buscaba la vida como modelo masculino, aunque con poca suerte pues resultaba demasiado «femenino». Pero Tisci apostó por aquella «feminidad inherente» y una noche le animó a ponerse tacones para acudir a una fiesta: «Fue una revelación», recuerda Lea.
De la mano del propio Tisci, saltó a la primera línea de la moda: se convirtió en su asistente y, después, en su musa. Desde el pasado año ha protagonizado la campaña de invierno de Givenchy, ha apareció en la revista «Vanity Fair», ha sido la gran estrella de la más reciente Semana de la Moda de Río de Janeiro y ha compartido editoriales con Kate Moss. Sus piernas interminables y cierto aire etéreo han hecho de ella la modelo revelación.
Lea T aún no ha completado definitivamente su proceso de trasformación y aunque no se siente completamente cómoda en su cuerpo, en agosto del pasado año se dejó convencer por Carine Roitfeld para posar desnuda para «Vogue» París: «Acepté por todos mis amigos transexuales».
En una reciente entrevista para la revista «Love», Lea T desdramatiza su existencia y su particular lucha por ser ella misma: «La vida es complicada para nosotros, pues somos lo raro, lo peculiar, lo escandaloso... Pero, a mi humilde manera, estoy intentando cambiar las cosas».
Lágrimas en el baño
«Cuando comencé a tomar hormonas, lloraba en el baño. Y no sólo por el shockemocional. Pensaba: “Nadie me dará un trabajo, ¿cómo voy a hacer esto?” Yo no quería trabajar en clubs, yo quería formar parte de un equipo. No quería trabajar en la noche. Y, sí, con la noche, me refiero a la prostitución». Y añade: «Todo parece un escándalo cuando eres transexual. Es difícil encontrar oportunidades».
No nació mujer y se resigna a no serlo. «Hay que ser honesto con uno mismo. Si Dios me preguntara qué quiero ser, diría que una mujer. Pero no lo soy. Soy un transexual», reconoce. Sin embargo, se considera «afortunada» y no le falta razón. Y es que, como dijo Oscar Wilde, «si no puedes ser una obra de arte, vístete con una obra de arte».
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