domingo, 26 de junio de 2011

“¡Soy un transexual y muy feliz!”

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Transexual busca crear albergue para gays de tercera edad

Samanta Flores, de Veracruz busca que en el la posada sólo haya ocho o 10 ancianos con VHI y que este modelo piloto se replique en delegaciones gobernadas por el PRD.

Ciudad de México • Samantha Flores es transexual y tiene 79 años. Su máximo sueño es impulsar la creación de un albergue para adultos mayores gay y enfermos con VIH/sida, y para ello cuenta con tres propuestas de inmuebles que le han hecho funcionarios de la Ciudad de México y aunque duda y guarda silencio sobre la ubicación de uno de ellos, descarta de antemano algún brote homofóbico por parte de vecinos del lugar.

Uno de esos espacios está ubicado en Insurgentes y Álvaro Obregón y el otro es un inmueble que se localiza frente a la delegación Cuauhtémoc.

Se le recuerda una propuesta parecida que se dio en la década de los 90 en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, misma que no fue permitida por los vecinos, quienes incluso apedrearon el inmueble, “en este momento ya no puede pararse algo parecido”.

En entrevista con MILENIO, afirma que el proyecto podría tener un costo de entre 3 y 5 millones de pesos, y apuesta a donativos de la iniciativa privada; descarta que gobiernos del PRD, PRI o PAN pudieran interesarse en ofrecer manutención para el albergue, aunque acepta que fue una propuesta que le hizo el dirigente perredista en la capital, Manuel Oropeza.

“De ahí que haya pensado que iba a ser fácil, pero el PRD no respondió como esperábamos”, señala Samantha.

El planteamiento es sencillo, dice. De inicio se crearía un albergue piloto modelo para entre ocho o diez personas. Posteriormente, esa experiencia se replicaría en cada una de las delegaciones del Distrito Federal. Para ello, realiza trámites ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para la protocolización de la asociación civil.

“Mi máximo sueño…”, seña-la Flores.

—¿Ese albergue sería pionero en México?

—Pionero en el mundo.

—¿Es su máximo sueño?

—La creación del albergue es parte inicial del sueño: el sueño completo es crear en cada delegación un albergue para ancianos gay.

Cerca de cumplir 80 años, expone que “el anciano en general está olvidado, abandonado; es invisible, no existe y peor alguien que es gay, no se le menciona y más si es de la tercera edad y con sida”.

Muestra lo patético del caso: “Tengo varios amigos que han muerto en cuartos de azotea, abandonadas, sin nadie, ni medicinas ni alimentos; totalmente abandonados”.

El nombre legal de Samantha es el de Vicente Flores y llegó a la Ciudad de México procedente de su natal Orizaba, Veracruz, en la década de los cincuenta. Actualmente tramita su acta de nacimiento ya con su nuevo nombre.

“Mentalmente no lo soy”

Samantha Flores nos abre las puertas de su pequeñísimo departamento en la colonia Tabacalera, delegación Cuauhtémoc, y en éste nos muestra su máxima fortuna: fotografías de familiares y amigos. Sus seres queridos.

En ese momento es cuando va directo a su decisión de vida. “Nunca pensé que iba a tener un cambio: no jugué a las muñecas, a la comidita, ni usé ropa de mujer o zapatillas. Todo fue accidental cuando ya estaba en el Distrito Federal, tendría cuarenta y tantos años”.

Se define: “Físicamente soy transexual, mentalmente no lo soy. No vivía cómoda siendo hombre y cuando decidí transformarme y volverme mujer sólo me quité los pantalones y me puse vestido; nada de operaciones, nada de nada. Usé cabello largo y maquillaje, fue todo lo que me hice”. (*)

Y termina: “Desde que soy Samantha me considero la persona más feliz del mundo y maravillosamente feliz”.

Desde entonces asegura que se ha enamorado cinco veces, “pero todo se ha terminado, el amor se acaba, el amor no dura para siempre”.

COMENTARIO. Sin animo de corregir a esta heroica mujer, y por supuesto , de equivoranos, esta frase puede ser interpretada en dos sentidos:

1. En el sentido de que ella considera que no necesito procesar una transición de hombre a mujer, por que siempre lo fue, y aunque de niña nunca mostro conductas socialmente femeninas, ni siquiera tuvo tuvo necesidad de hacerse transformaciones físicas.

2. En el sentido de que se trata de un tipo transgenerismo "en general" que implica ula libre decisión de vivir como "mujer", debido a su incomodidad en vivir como "hombre".




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