Xabier Fole Varela/Especial para EDLP
Nueva York — Los tiempos han cambiado. Ya no tocan la música de antes ni se viste igual que en otras épocas. Sin embargo, se ha progresado mucho, también en la comunidad hispana, y la aceptación de un transexual entre los latinos es algo más común.
Barbra Herr, puertorriqueña y transexual, parece nostálgica. Recuerda los tiempos en los que vivía en El Bronx, “cuando El Bronx era El Bronx”—puntualiza con ironía— en los años 70, allí donde se crió. Pero Barbra se encuentra mejor en Queens, donde vive actualmente, y adora su multiculturalismo. “No me gustan los barrios donde predomina una gente determinada, porque se apoderan de todo”, afirma.
La vida de un transexual puede ser muy difícil, pero afortunadamente ya no es como antes. “En otros tiempos te tiraban piedras o te acosaban. No es que eso no exista ahora, porque existe, pero hace 30 años la policía te hacía la vida imposible”.
En ocasiones alguna gente no distingue las diferencias entre un transexual y una ‘drag queen’. Pero Barbra Herr aclara las posibles dudas. “Una ‘drag queen’ es un hombre que se viste de mujer para hacer un show, pero en su vida cotidiana es un hombre, en cambio, un transexual (como soy yo) está en proceso de cambio de sexo o ya se ha cambiado. Es otra cosa”.
La discriminación no solo se reduce a los ámbitos heterosexuales, también existe en la comunidad gay. “Durante muchos años no permitían la entrada a los transexuales en los locales gay”. La solidaridad es indispensable, reflexiona Barbra. “No hay la unión que debería haber. Existe mucho separatismo entre los homosexuales. Cada uno reivindica lo suyo. Y eso nos perjudica a todos”.
Hubo un tiempo de noches eternas donde la efervescencia cultural y la música disco irrumpían en las salas neoyorquinas como un relámpago iluminando los sueños de toda una generación; cuando la juventud apostaba su vida a una sola carta y “Gloria Estefan hacia crossovers con Miami Sound Machine”. Barbra está llena de recuerdos y disfruta contando aquel tiempo que se fue. “Los años 70 y los años 80 fueron una época dorada, los recuerdo con mu$felicidad. La música tenía sentido. Ahora todo se hace en estudio, con sintetizadores. No es lo mismo”.
La política influye en la vida de la gente y el matrimonio gay es algo que afecta a muchas personas. Barbra tiene las ideas claras sobre esta cuestión. “Me $ña que un estado como el de Nueva York no lo haya legalizado antes. Se debería aprobar el matrimonio gay. Estamos hablando de la felicidad de mucha gente”, dijo Barbra antes de que se supiera el desenlace de la legislación por la equidad matrimonial.
En una pequeña mesa están colocados los premios que le concedieron por sus shows y las fotos de su paraíso perdido: la infancia. Es la aventura de $chico de Puerto Rico que quería ser mujer; una lucha por la igualdad y la aceptación en una sociedad que no siempre le dio la bienvenida; la genialidad y la alegría de una artista.
Usted puede ver el show de Barbra Herr todos los lunes en The Monster, los viernes en The Music Box, y el último domingo de cada mes en Friends Tavern (para direcciones y horarios ver la guía de bares y clubs LGBT).
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