Expertos de varios países, entre ellos México, buscan
modificar la Clasificación Internacional de Enfermedades de la
Organización Mexicana de la Salud.
Balian Buschbaum, ex atleta transexual alemán.
Por Rocío SánchezAguascalientes, Ags., noviembre 01 de 2013. Especialistas en sexualidad de varios países, entre ellos México, impulsan una modificación esencial al capítulo de Trastornos Sexuales de la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE 11), el catálogo de patologías de la Organización Mundial de la Salud.
En México se ha conformado un comité para renovar ese aspecto del documento, el cual guía los criterios médicos de los 192 países miembros. La propuesta plantea cambios en cuatro secciones: disfunciones sexuales no orgánicas, trastorno de la identidad de género, trastornos de la preferencia sexual (parafilias) y trastornos psicológicos y del comportamiento del desarrollo y orientación sexuales.
Actualmente el proyecto está a discusión pues se pretende incorporar tales variaciones en la CIE 11, que se publicará en 2015, explicó Iván Arango de Montis, del Instituto Nacional de Psiquiatría, durante su participación en el IX Congreso Nacional de Educación Sexual y Sexología, que se lleva a cabo en esta ciudad.
En cuanto a la sección de disfunciones sexuales, las y los expertos en sexología buscan eliminar la división que se plante entre cuerpo y mente, pues tales disfunciones se presentan en una compleja combinación de ambos ámbitos. Esto ayudaría a reducir el estigma que puede recaer sobre quien padece estas enfermedades.
Modificar la concepción de la transexualidad
El apartado acerca de la transexualidad, actualmente llamado “Trastorno de la identidad de género”, cambiaría de nombre. En inglés se llamaría Gender incongruence, pero no puede traducirse literalmente al español, pues “incongruencia” tiene una connotación negativa en nuestro idioma. Así, se busca que se llame Discordancia de género y que se saque del capítulo de Trastornos mentales para incorporarse en un nuevo apartado, el de Disfunciones sexuales.
En esencia, dijo Arango de Montis, se plantea que la transexualidad deje de verse como una patología, pero se considera pertinente conservarla en el CIE para visibilizar a esta población, dimensionar su vulnerabilidad y facilitar el acceso al tratamiento y a los servicios de salud.
En la versión vigente del CIE, el trastorno se define como un deseo de vivir como el “sexo opuesto”, reduciendo las posibilidades de identidad de género a una dicotomía (hombre o mujer). La nueva definición, que eliminaría el concepto de “trastorno”, se refiere a “la discordancia marcada y persistente entre la experiencia de género del individuo y el sexo asignado”.
Parafilias y orientaciones sexuales
La sección referente a las parafilias se reducirá para tomar en cuenta sólo aquellas prácticas sexuales que involucran a una persona sin su consentimiento, es decir, que aplican una coerción para someterla a un acto sexual.
Quedarían enumerados sólo el exhibicionismo, el voyeurismo, la paidofilia, el froteurismo (frotar los genitales o el propio cuerpo contra el de otra persona) y el sadismo sexual coercitivo. Éstas son consideradas patologías cuando provocan disgusto en una persona que no está de acuerdo en participar, y en el propio ejecutante de la práctica, quien siente malestar después de realizarla.
Se propone eliminar de este apartado las prácticas como el travestismo o el sadomasoquismo, pues no son de interés para la salud pública.
Asimismo, los especialistas se inclinan por borrar el concepto “orientación sexual” de la CIE, ya que actualmente enumera las posibilidades de orientación (homosexual, bisexual, heterosexual y otra), para evitar la estigmatización.
Proceso abierto
La propuesta está sujeta a discusión no sólo de los especialistas, sino de la gente interesada en participar. Cualquier persona puede ingresar a la página web www.globalclinicalpractice.net y aportar al debate.
A diferencia del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), que es publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría y que refleja, principalmente, el punto de vista de científicos estadounidenses, el CIE es el listado internacional al que más se apega el personal médico alrededor del mundo.
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