Walt Heyer se sometió a cirugía por el «tremendo proceso destructivo» que generó en su vida convertirse en una mujer
En la actualidad, y con 74 veranos a sus espaldas, el estadounidense Walt Heyer puede presumir de ser un hombre feliz con dos hijos estupendos. Sin embargo, hubo un tiempo en el que su vida era bien distinta. Fue hace más de 30 años, cuando –por sentirse desdichado al estar atrapado en el cuerpo de un hombre- decidió cambiar de sexo para hallar la felicidad. Con todo, parece que convertirse en una hembra no era aquello que estaba buscando pues, varios años después, pagó más de 26.000 euros para ser transformado de nuevo en un varón.
La historia de Heyer, tal y como explica el diario «Daily Mail» en su versión digital, comenzó en los Ángeles, donde vino al mundo. De padres estrictos, empezó a sentirse como una mujer a los cinco años, época en la que su abuela comenzó a vestirle como a una niña. «Ella me hizo incluso un vestido de noche con gasa púrpura», afirma nuestro protagonista en declaraciones al diario británico. Según explica, esta situación se agravó debido a la obsesión que tenían sus padres de protegerle, algo que le hacía sentir como «una niña en apuros».
Aproximadamente cuatro décadas después, y tras cuestionarse en multitud de ocasiones su sexualidad, tomó la decisión y dio el gran paso: se cambió de sexo. Tras la operación vivió ocho años como Laura Jensen, una época que no duda en calificar como dura, pues sus hijos le solían decir que hubieran preferido verle muerto, ya que esa situación era más fácil de explicar a sus compañeros de clase. También se divorció de su mujer, pue sno sabía que sentía hacia ella.
Tal y como expresa Heyer en el «Daily Mail», la situación se fue agravando hasta tal punto que consideró que estaba pasando por un «terrible proceso destructivo» provocado por el cambio de sexo. Por ello, decidió dar marcha atrás y -después de que sus testículos le fueran amputados, ponerse implantes de mama y someterse a un tratamiento de reducción del vello facial- volver a ser un hombre. Para ello abonó 26.000 euros. Ahora, a través de su página web, actúa como consultor no oficial para aquellos que quieran someterse a esta operación. Según explica, cayó en la cuenta de que se había equivocado estudiando psicología.
«Todo lo que hacen en la operación es llenar a la gente de hormonas, poner implantes y decir que han fabricado una hembra. Es biológicamente imposible hacer un hombre de una mujer. Cuando estudié me di cuenta de que es imposible transformar biológicamente a alguien de un género u otro, y en ese momento te das cuenta de que es condición psicológica, y no médica», completa Heyer.
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