lunes, 23 de junio de 2014

En EEUU, los derechos de los transgéneros avanzan rápido, pero sólo en algunos lugares


Por primera vez en la historia, la catedral nacional episcopal de Washington recibió el domingo a un reverendo transgénero para encabezar el oficio religioso. Una invitación que simboliza el avance discreto aunque veloz en los derechos de los trans en Estados Unidos.

La prestigiosa catedral, en la que se llevaron a cabo los funerales de 21 presidentes estadounidenses, invitó al pastor Cameron Partridge, de 40 años, para un oficio religioso dedicado al "Pride Month", el mes estadounidense del orgullo gay, bi y trans y lésbico.

"Hay mucha presión pero es muy motivante", cuenta a la AFP el reverendo Partridge al finalizar el oficio y después de haber sido felicitado por decenas de fieles.

Hace 13 años, Cameron Partridge salió del clóset y decidió vivir bajo una identidad masculina y ya no femenina. Hoy está casado con una mujer, tiene dos hijos y es capellán en la Universidad de Boston, uno de los pocos sacerdotes abiertamente trans de la Iglesia episcopal (protestante).

La historia de Cameron Partridge ilustra un deseo de visibilidad que afirman cada vez más trans en Estados Unidos, un gesto amparado en una veintena de estados que aprobaron leyes que prohíben específicamente discriminaciones basadas en el género ("gender identity") tanto en el trabajo, como en la escuela, la salud y el acceso a la vivienda.

"Los dos últimos años son la culminación de años y años de trabajo", dijo a la AFP Matt Wood, del Transgender Law Center, en California, donde los derechos de los trans son los más amplios junto a la capital Washington.

Dieciocho de los 50 estados del país aprobaron leyes que prohíben la discriminación en el trabajo contra los trans. Dieciocho también prohibieron específicamente el acoso en la escuela por una cuestión de "identidad de género".

En 29 estados, es posible obtener una partida de nacimiento en la que figure el nuevo género sin necesidad de armar un expediente médico complejo.

Y cinco estados obligan a las aseguradoras a cubrir los tratamientos ligados a una transición, con el aval de un médico: por ejemplo un tratamiento hormonal, y eventualmente una operación.

"Pero todavía falta mucho, mucho trabajo para no sólo obtener una igualdad legal y formal, sino sobre todo reducir las disparidades en términos de salud y oportunidades económicas", matiza Harper Jean Tobin, quien sigue de cerca las legislaciones existentes en el National Center for Transgender Equality.

"Es un popurrí de 50 estados", dice Harper Jean Tobin a la AFP al evocar por ejemplo el cambio legal de sexo.

Muchas voces conservadoras y religiosas empiezan a denunciar una creciente "propaganda". Reprueban la idea de que el género percibido por una persona pueda ser otro que el de su sexo biológico.

"Esto significa que los estadounidenses no tendrán más el derecho de expresar su desacuerdo, sea moral u otro, frente a la idea de que el género no es binario y que se puede elegir una mezcla de géneros", escribió el muy influyente autor conservador Brent Bozell. "La libertad de expresión se está muriendo en Estados Unidos".

Ocho estados del sur y del oeste aprobaron leyes que prohíben prohibir: ahí las escuelas no pueden mencionar la identidad de género en sus reglamentos anti-acoso. Y en 29 estados, una empresa todavía puede despedir a un empleado porque es gay o trans.

El movimiento trans tiene un aliado de peso con Barack Obama. El presidente estadounidense firmó numerosos decretos aplaudidos por las asociaciones, entre otros a favor de los funcionarios. Pero su poder es meramente reglamentario.

Ante el popurrí, el Congreso o la Suprema Corte deberán unificar el derecho, asegura Harper Jean Tobin. El ejemplo del matrimonio homosexual, al que la Suprema Corte dio una mano en 2013 y que hoy es legal en 19 estados y Washington, sirve de modelo a los militantes.

Y el movimiento trans también se apoya en la notoriedad de algunos trans para cambiar las mentalidades en Estados Unidos. Como por ejemplo la de la actriz Laverne Cox, protagonista de la serie "Orange is the New Black", quien figura en la tapa de la revista Time del mes de junio bajo el título "El momento bisagra transgénero".


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