La fotógrafa
Mariette Pathy Allen viajaba
a Nueva Orleans para el carnaval en 1978, cuando se dio cuenta de que
ella se alojaba en el mismo hotel que un grupo de impresionantes
travestis. Cuando ese grupo, vistiendo trajes brillantes y pelucas
extravagantes, la invitó a desayunar, Allen cogió su cámara de fotos.
"Tomé
mi primera fotografía del grupo mientras estaban alrededor de la
piscina del hotel, y cuando lo hice, mi vida cambió", explica Allen en
un comunicado. "Cuando levanté los ojos de la cámara, me encontré
mirando a los ojos de una persona en medio del grupo. De repente, ya no
veía a un hombre o una mujer,
veía la esencia de un ser humano, un alma.
Al conocer a esta persona, tuve el privilegio de entrar en un mundo
oculto que me ofreció un pasaporte para viajar más allá de las
fronteras".
Esta
experiencia provocó toda una vida de la creación artística en torno a
la documentación de los inconformistas de género y personas transgénero.
De hecho, entre finales de 1970 y principios de los años 80, el trabajo
que Allen estaba realizando no se había hecho nunca antes. El trabajo
de Allen fue compilado en una exposición titulada "
Transformaciones".
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