En una entrevista con motivo del día internacional del Orgullo LGTB,
Pachón ha reflexionado sobre la situación que viven las personas
transexuales en España, siempre desde la óptica de una mujer que
consiguió en su día un hito histórico, ya que fue la primera transexual que entró en el ejército ya como mujer, sin pasar por todo el proceso de transformación cuando estaba ya en el cuerpo.
Natural de La Zarza (Huelva), una localidad de 1.300 habitantes,
pertenece al Ejército del Aire y está destinada en Madrid, donde dice
haber encontrado la "profesión ideal" para lo que siempre ha buscado en
su vida.
Su proceso transexualizador comenzó en 2002, con los primeros
estudios clínicos y psicológicos, que desembocaron en 2005 en una
operación de reasignación sexual, "que siempre me ha parecido un término
menos vulgar que cambio de sexo", dice Pachón.
Nada más recuperarse de la operación inició el proceso para entrar en el ejército,
que para ella era una salida laboral ideal: "Estaba trabajando en
campañas de frutas como la fresa, el melocotón o la naranja, pero veía
que no era mi futuro, de modo que busqué un trabajo estable para poderlo
compaginar con mis estudios, y en el ejército conseguí una nómina y
poder estudiar por las tardes".
Según explica, en su destino no ha tenido problemas graves y se ha
sentido apoyada, aunque sí recuerda "algunas excepciones lamentables". "No puedo entender que fuera rechazada al principio por algunas de mis compañeras de habitación, que eran mujeres, como yo, pero eso fue en el primer año, y luego ya todo ha ido rodado", comenta.
Ella misma admite que su caso no ha sido el habitual, porque "desde el primer minuto" era mujer en el ejército.
"Hay otros casos de chicos que ingresan y luego intentan cambiarse de
sexo. Algunos se fueron y otros se quedaron, pero no es lo mismo que
entrar directamente", admite.
"Desde el primer momento siempre me han tratado como María, y he podido hacer una vida normal desde siempre",
señala esta militar, que tiene una frase lapidaria para quien recela de
su condición: "Las que no me aceptan no lo hacen pero yo tampoco las
acepto a ellas".
Sí recuerda con resquemor su juventud en La Zarza, "porque en todos
los pueblos hay energúmenos y gente sin principios, y había cuatro
machotes que te insultaban, pero en general el pueblo se ha portado muy
bien".
No obstante, se queja de que "en España hay un problema, porque la gente dice que te acepta, pero lo que tiene que hacer es respetar".
"Los transexuales sufrimos verdaderos problemas con cosas como echarnos
una pareja, que en un pueblo es imposible, y hay que irse a Barcelona o
Alemania, por poner ejemplos de lugares más liberales y con gente de
mentes más abiertas", añade.
Mientras se recupera de una baja laboral en su pueblo, María Pachón
Monge no habla, de momento, de subir su graduación de soldado en el
Ejército del Aire o de pilotar un F-18, porque sus pretensiones son más
humanas y normales, y pasan por encontrar la estabilidad en todos los
sentidos y que los que la han señalado alguna vez por la calle terminen
comprendiendo que, en realidad, los diferentes son ellos.
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