Foto: Virginia Gaglianone
El ataque motivó a Rayle a formar un grupo de apoyo para otras en su misma situación. Desde su formación, T.E.A. Time (Transgéneros en acción), se reúne cada lunes en Los Ángeles. Periódicamente el grupo invita a profesionales y expertos para educarse sobre temas legales, de salud y otros.
El miedo que experimentan día a día fue uno de los temas recurrentes que mencionaron las mujeres del grupo durante una entrevista con impreMedia. América Barbosa dijo que la violencia que experimentan las lleva a caer en estados profundos de depresión.
Una vida incomprendida
Una a una, las mujeres de T.E.A. Time
compartieron sus historias. Tere, nativa de Guerrero, México, dijo que
desde pequeña contó con el amor incondicional de su madre, que la apoyó desde un principio. Pero no en todos los casos, las mujeres encontraron comprensión.
Rosa Cedeno, también de Guerrero, comenzó a sentir el rechazo familiar cuando tenía 7 años de edad.
“No quería ir a la escuela porque los niños me tiraban piedras, pero en la casa mi mamá me golpeaba para que siga yendo. Cuando mi papá se emborrachaba me corría con un machete. Me hacían sentir como la vergüenza de la familia”, recordó Rosa, quien a los 11 años terminó viviendo en las calles del DF. Una mujer muy humilde que vendía periódicos la encontró en la calle y le buscó un lugar donde vivir. Rosa terminó viviendo con una familia que tenía una panadería que la aceptó tal como era.
“No es un dolor de cabeza que tomas una pastilla y se te quita, así nacemos y somos”, indicó Yesenia.
Todas coincidieron en que, de poder elegir, nadie elegiría vivir discriminada y con miedo. Las mujeres también coincidieron en que entre los 4 y los 6 anos ya podian sentir que eran diferentes a sus hermanos y amiguitos de la escuela.
Rosa Cedeno, también de Guerrero, comenzó a sentir el rechazo familiar cuando tenía 7 años de edad.
“No quería ir a la escuela porque los niños me tiraban piedras, pero en la casa mi mamá me golpeaba para que siga yendo. Cuando mi papá se emborrachaba me corría con un machete. Me hacían sentir como la vergüenza de la familia”, recordó Rosa, quien a los 11 años terminó viviendo en las calles del DF. Una mujer muy humilde que vendía periódicos la encontró en la calle y le buscó un lugar donde vivir. Rosa terminó viviendo con una familia que tenía una panadería que la aceptó tal como era.
“No es un dolor de cabeza que tomas una pastilla y se te quita, así nacemos y somos”, indicó Yesenia.
Todas coincidieron en que, de poder elegir, nadie elegiría vivir discriminada y con miedo. Las mujeres también coincidieron en que entre los 4 y los 6 anos ya podian sentir que eran diferentes a sus hermanos y amiguitos de la escuela.
Minoría de minorías
Las mujeres transgénero latinas deben lidiar con los prejuicios de su cultura. Según las mujeres del grupo, la sociedad latina es muy machista y más cerrada que otras.
“Incluso nos discriminan en algunas organizaciones gay, sólo nos llaman cuando necesitan firmas”, dijo Yesenia.
“El grupo es nuestra pequeña familia, pero necesitamos todo el apoyo que podamos encontrar”, agregó Jacqueline Guillen.Uno de los mayores desafíos es el encontrar servicios de salud y trabajo. Jacqueline dijo que van a entrevistas, pero nunca las llaman y por ello algunas de ellas s deben recurrir al oficio más viejo del mundo para poder comer.
“Incluso nos discriminan en algunas organizaciones gay, sólo nos llaman cuando necesitan firmas”, dijo Yesenia.
“El grupo es nuestra pequeña familia, pero necesitamos todo el apoyo que podamos encontrar”, agregó Jacqueline Guillen.Uno de los mayores desafíos es el encontrar servicios de salud y trabajo. Jacqueline dijo que van a entrevistas, pero nunca las llaman y por ello algunas de ellas s deben recurrir al oficio más viejo del mundo para poder comer.
“Pero hasta eso es injusto. Si tenemos que ir a
juicio, en la corte usan el hecho de que llevemos condones en la cartera
como evidencia de prostitución”, explicó Jacqueline. En algunos
estados, la legislación sobre los condones ha cambiado y ya no puede ser
usada en su contra.
Discriminación en cifras
- En 2012, el 53% de las víctimas de homicidio anti-LGBT fueron mujeres transgénero. La mayoría eran mujeres transgénero de color.
- Las personas trans tienen cuatro veces más probabilidades de vivir en la pobreza.
- Las personas transgénero experimentan desempleo al doble de la tasa de la población general, con tasas para las personas de color hasta cuatro veces la tasa nacional de desempleo.
- El 90% de las personas trans reportan experimentar el acoso, el maltrato o la discriminación en el trabajo.
- El 53% de las personas transgénero informan haber sido acosadas o les ha faltado el respeto en un lugar público, por ejemplo, un cuarto de baño.
- El 41% de los encuestados informaron de un intento de suicidio, en comparación con el 1.6 % de la población general.
Recursos
- The Trevor Project: Línea telefónica de ayuda las 24 horas: 1-866-4-U-TREVOR (866-488-7386)
- GLAAD Transgender Media and Education Program, New York, NY/Los Angeles, CA (media)
- L.A. Gay & Lesbian Center's Transgender Economic Empowerment Project, Los Angeles, CA
- TransJustice at the Audre Lorde Project, New York, NY
- Coalicion Translatina
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