Un grupo de arqueólogos han encontrado un esqueleto de hace 5.000 años que creen que podría pertenecer a un transexual o, como los propios científicos han apuntado, a alguien del ‘tercer sexo’ –probablemente un intersexual-.
Han llegado a esta conclusión porque se trata de un esqueleto de hombre que fue enterrado con la forma y los ritos con los que sólo se enterraban a las mujeres. El cuerpo, que pertenece a la Edad del Cobre, fue encontrado en la República Checa y el hallazgo ha sido dado a conocer en Praga por Kamila Remišová, responsable de la excavación, quien ha afirmado:
"Sabemos, gracias a la historia y la etnología, que cuando una cultura tiene reglas estrictas en los entierros, nunca cometen errores en este tipo de cosas."
Esta no es la primera vez que se encuentran un caso como este, una mujer del Mesolítico que fue enterrada como un guerrero; mientras que el hombre de la Edad del Cobre fue enterrado como si de un ama de casa se tratara.
Con noticias como esta es inevitable preguntarse cómo sería la vida de los transexuales de aquella época.
NOTA: En realidad, esta noticia importante no tiene nada de anecdótica. Estre hallazgo es una pieza más dentro de un cuadro que recien empieza a emerger y que va confirmando la tesis que manejamos.
En efecto, la condición que hasta ahora se le llama "transexualidad", es tan antigua como la propia especie humana, a la que pertenece y pertenecemos todos.
No en todas, pero si en la mayoría de sociedades y comunidades premodernas, preoccidentales y no judeo-cristianas, la existencia de personas que hoy denominariamos hombres y mujeres "transgéneros" o "transexuales", era muy común y por tanto, eran aceptadas, se les respetaba y reconocia según su género, independientemente de su sexo genético.
A las mujeres "transgéneros" de estos tiempos, se les reconocia plenamente su "status" de mujer. Podían vestir conforme a su género, desarrollaban las labores propias de las mujeres, podian ser cortejadas por varones, contraer matrimonio, adoptar niños y formar una familia.
Ellas no constituían un "tercer sexo" (si ese fuese el caso, la forma de entierro de esqueleto hayado tendría una manera propia y distinta a la de una mujer), no eran consideradas como "homosexuales " ni como "travestis". Por su virtud de tener "dos almas", se les consideraba como intermediarias con el mundo de los antepasados y ancestros muertos. Eran las únicas mujeres a las que se les permitia tener mando en incursiones guerreras.
Con la conquista, expansión y colonización europea del mundo, desde el siglo XVI se comenzó a considerarlas como "sodomitas" (osea, como hombres que pecaban por tener relaciones sexuales anales con otros hombres) y por eso se les perseguía, se les reprimía, hasta eliminarlas fisicamente. Se les consideraba como "brujas" y se las quemaba vivas.
Falta aún mucho por investigar y mucho aún por descubrir.
Cristina R.
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