lunes, 11 de abril de 2011

En Mendoza esperan por la reasignación de sexo

Se trata de tres casos en los que se diagnosticó disforia de género. Dos testimonios sobre la transexualidad.

Por Cecilia Osorio

Son tres los casos mendocinos de personas que actualmente integran la lista de espera del hospital Gutiérrez de La Plata para una reasignación de sexo, tras haberles sido diagnosticada disforia de género.

A diferencia del caso de Carolina de la Cruz, quien se operó de manera privada, Adriana (49), “Carmen” (nombre ficticio empleado por imperar en este caso una protección legal contra la difusión de su identidad) y Gaby (34) accederán al procedimiento de modificación de sus genitales masculinos por unos femeninos de manera gratuita y en un centro asistencial público, tras la apertura de los quirófanos donde se practican este tipo de cirugías desde 1997, que permanecieron cerrados durante más de dos años.

Adriana está segunda en la lista y detrás de ella se ubica uno de los protagonistas de un reality show que renovó la discusión sobre la transexualidad y el diagnóstico de disforia de género, desacuerdo entre el sexo biológico y el sexo psicosocial.

Entre los que tramitan la autorización judicial para acceder a la operación está un hombre nacido como mujer en San Juan, que vive en Mendoza y sería uno de los próximos en sumarse a las operaciones.


Dos testimonios

Adriana Mascheroni de Garzón (49) es secretaria de un estudio de abogados local y junto con “su jefa”, como ella mencionó a quien ficticiamente llamaremos “Carmen” y que también integra la lista para operarse, se encargan de llevar los trámites de varios transexuales que quieren dar un paso en el mismo sentido. Ella es profesora de inglés y después de vivir su adolescencia en Buenos Aires forjó su identidad en Mendoza, donde se animó a mostrarse como mujer.(1)

Adriana pudo hacerle frente a un padecimiento que la perseguía desde chica recién a los 34 años. “No era un nene mariconcito, me gustaba estar con mi mamá en la cocina pero desde el lugar de hijo”, refirió sobre su infancia, la cual se modificó cuando sus padres notaron en su plena adolescencia que no se desarrollaba.(2)

“Evidentemente mis padres no tuvieron la orientación necesaria. Me llevaron a un endocrinólogo que me sugirió un tratamiento de hormonas masculinas, las cuales me ayudaron a forjar esa imagen de varón que todos, inclusive yo, pretendíamos, pero que complicó aún más mi situación”, contó (3). En su relato, Adriana asocia la disforia de género con una sombra –lo cual es común entre quienes comparten la disforia– “porque no sabía qué era, pero evidentemente eso de sentirme en un cuerpo ajeno siempre estaba ahí y no se iba”, según dijo.(4)

Tratar de atraer físicamente a una chica o consumir drogas fueron algunos de los intentos de Adriana por truncar su realidad.(5) “Un día toqué fondo, me vestí de mujer y salí a la puerta de mi casa. No tenía que ver con conquistar a alguien de mi mismo sexo, sino con sentir que coincidía mi cerebro con mi cuerpo. Después vino el tratamiento hormonal femenino y mi viaje a Mendoza”, (6) añadió quien percibe como una “liberación” el haber compartido su decisión con su familia. “La operación es el último cambio necesario de una vida que se lleva con mucho sufrimiento, y es fundamental que se acceda gratuitamente”, señaló.

A Gaby (34), quien ejerce de peluquera en un pueblo del Valle de Uco, la decisión le llegó un poco antes. “A los 17, y gracias al apoyo de una amiga que ya no está, me animé a sacarme el disfraz. Fue doloroso y tuve miedo, porque nadie imagina cuánto pesa la mirada social. (7) De todos modos, yo estéticamente tenía poco de hombre”,( relató a UNO, y después agregó que si bien aún no cuenta con su DNI, la posibilidad de operarse la entusiasma. “Imagino que el resultado te cambia la vida”, manifestó. (8)

¿Qué es la transexualidad?

El término fue introducido a comienzos de los ’50 por el psicoterapeuta estadounidense Harry Benjamin. Se considera que la transexualidad es una disforia de género, es decir, un desacuerdo profundo entre el sexo con el que se nace y aquel otro que la persona siente como propio. (9) Un/a transexual se siente dentro de un cuerpo de otro género (su cuerpo le dice “soy un hombre” pero su mente le dice “soy una mujer”, y al revés en el caso de la mujer).(10)


1O COMENTARIOS BREVES

Mil disculpas si les he interrumpido la lectura de esta entrada con las llamadas o notas, pero me tienta comentar cosas interesantes del propio artículo:

(1) Cuandos se dice aquí "identidad", me parece que se refiere a las conductas externas, al rol y a la imagen femenina que, desgraciadamente, no adquirimos debido a la asignación de un género atribuido (el masculino) en la que nos socializaron. La identidad sexo/genero no se forja. Esta ahí. Cuando se dice "se animo a mostrarse como mujer", seguro quiere decir que tomo la valentía y la fuerza necesaria para mostrarse como la mujer que es. La indentidad de género no es motivada ni construida arbitraraimente a voluntad. Se la "descubre" y se es (o no), consecuente con ello.

(2) Cuando se dice que “no era un nene mariconcito", seguro se esta diciendo que no se trata de una identidad basada en la "preferencia sexual" sino en la "identidad de género", ambas cosas distintas pero siempre relacionadas. Cuando se dice "sus padres notaron en su plena adolescencia que no se desarrollaba", seguramente se trata, coincidentemente, con un caso de intersexualidad, que no es lo mismo que la transexualidad. Esta probado que dos personas con un mismo trastorno fisico-orgánico sexual y/o genital, (es decir, el mismo caso de intersexualidad) puede generar dos distintas identidades de genero para cada una de ellas, es decir, una puede definirse en términos masculinos y el otro caso en términos femeninos.

Entonces, ¿qué es lo define en ambos casos la identidad de genero? Pues el genero mismo, que no es un trastorno a nivel de organos sexuales (interno externos), sino a nivel de un núcleo neuronal que implica, tanto un aspecto material como un aspecto no material.

Hay quienes propopen llamar a la "transexualidad" como "intersexualidad". Esto es una confusión. En los dos casos referidos, más bien, se prueba que ambas cosas son diferentes. Lo que de ninguna quiere decir, que una persona intersexual no pueda tener, al mismo tiempo, una condición de transexualidad. No son excluyentes. Muy por contrario, es la "identidad de género" la que ayudará, y mucho, a la persona intersexual, a definir su "identidad sexual", sea femenina, masculina o "transgenera general", en el sentido de "ni una ni otra", lo cual, también es totalmente validó y legítimo.

(3) Lo hemos dicho varias veces: todas hemos intentado ser "normales", osea, responder y actuar de acuerdo a nuestro "genero socialmente atribuido". Siempre hemos fracazado, pues siempre,a la larga o la corta, el "genero real", siempre ( o casi siempre) termina por manifestarse e imponerse.

(4) Creo que a estas alturas debería dejarse de utilizar esa metafora de "sentirse en un cuerpo ajeno". El "genero real" se manifiesta siempre como una "sensación", como un "sentimiento de inadecuación " de nuestra persona en su integridad, con nosotros, con las otras personas y con nuestro entorno social en general. ¿Pero quien siente?, donde se genera esos sentimientos? ¿quien establece relación con las personas y con el medio social? el cuerpo. No hay separación metafisica posible entre cuerpo y mente. La mente requiere y es producto de un cuerpo y el cuerpo no puede dejar de generar a la mente, a las sensaciones y a los entimientos.

(5) No solo la busqueda de una pareja del mismo género y el uso de drogas, son acciones para evadir la realidad. Son también conductas que manifiestan un sentido de no pertenencia y de no identificación con el género socialmente atribuido, pero aún somos incapaces o ignoramos nuestro genero verdadero genero o genero real y aún ni siquiera podemos nombrarlo como tal.

(6) Aunque las éstas frases puedan interpretarse de muchas maneras, creo que lo más importante es resaltar la expresión de "sentir que coincidia mi cerebro con mi cuerpo". A difrencia de una conducta travestista, el "vestir de mujer" es la manifestación de un querer asumir la propia personalidad, asumir el genero real, mostrar y desarrollar conductas y roles que socialmente estan asignados a las personas de dicho genero real y a los cuales estamos excluidas Vestir o maquillarse según nuestro género, no es una mera frivolidad, es un paso importante a lo que llamamos nuestra "normalización", es decir, nuestro derecho a integrarnos a la sociedad, en iguales condiciones que nuestras demás congeneras no transexuales.

(7) Efectivamente, uno de las cosas de nuestra condición como personas trans, es ese sentimiento de estar portanto un "disfraz", sentimos que mentimos, engañamos, y encima, debemos portarnos según ese disfraz. Pero igualmente, dar el paso a vivir socialmente según nuestro género real, en las actuales condiciones, no es para nada facil, sino todo lo contrario: incomprensión, burla, discriminación, prostitución, y cada vez más, abuso, agresión, violencia y muerte.Ya esto debería hacer meditar a la gente que la identidad de género, en el caso de las personas trans, no tiene nada de juego, ni de frivolidad, ni de erotismo, ni de sexismo, sino que implica el ser o no ser, el vivir o no vivir, integralmente.

(8) !!Cuidado con reducir el género a lo genital !!. De cierta manera, por supuesto, la operación te cambia la vida, pero eso, lastimosamente, no te convierte en una mujer cisgénero o te transforma en una mujer de origen no transexual. La operación genital es, como algunas dicen, no una "reasignación de sexo", sino una operación de "reconfirmación de género". Simplemente modifica tu cuerpo para adecuarlo a tu genero y a tu identidad de género, el cual ya ese encuentra desde antes de la operación, es más, ahí esta, con sin esa operación.

(9) Una frase que también puede interpretarse de varias maneras. Prefiero pensarla en términos positivos y progresivos: por ahora, creo para no confundir las cosas, sigue siendo necesario separar el "género" del "sexo", pero debe llegar el momento en que podamos hablar no de "género," sino de "sexo", es decir, como lo mismo. Hay quienes utilizan por ahora, un concepto complejo: "sexo/género". De llegar ese momento, ya no hablariamos de nuestro "género" real, sino de nuestro "sexo" real, ya no hablariamos de nuestra "identidad de género", sino de nuestra "identidad sexual". Por eso es exácto, social y juridicamente hablando, la reivindicación del derecho a que en los DNI, no solo se nos cambie el nombre, sino que también el "sexo".

(10) Hay que no solo dejar de repetir estas frases de clises, de que el "cuerpo" dice "soy hombre" y la "mente" dice "soy una mujer". El cuerpo y la mente, nuestro ser integral, dice "soy una mujer" y "no soy un hombre". El que la anatomía del cuerpo sea el de un hombre, puede ser un azar de la naturaleza, pero nuestra identidad, nuestro ser, nuestro género, es la manifestación de un don divino.












No hay comentarios: