Diario El País-. Con la presentación de Diversidad 2011 Plataforma por el cambio en Madrid y la proyección del documental The pink wall (El muro rosa,) dirigido por Enrique del Pozo, el movimiento gay entra de lleno en las tradicionales reivindicaciones de la izquierda (educación igualitaria, salud pública, políticas de empleo y medio ambiente...) y reivindica su memoria histórica.
"Otro Madrid es posible, desde luego sin Esperanza Aguirre", proclamaba una enérgica Antonelli desde el atril e insistía en que el próximo 22 de mayo "hay que llevar a los nuestros de la mano hasta las urnas para provocar ese cambio en Madrid: ¡Ya es hora!, ¡que son 16 años!", enfatizaba con aspavientos entre los enardecidos aplausos de un público entregado.
Tanto ella, como Perico Echevarría, representante de la nueva plataforma, se refirieron a las políticas del PP en los últimos años en materia de desempleo ("el 15% de los madrileños está en paro"), de hospitales ("de gestión privada inaugurados hasta tres veces sin que estén en funcionamiento"), de educación ("con el aumento de la ratio en las escuelas")... Y no tardaron en topar con la Iglesia: "¿Tiene la Iglesia algún problema en que se respete a los demás?", espetó Antonelli. "Los mismos que cuestionaron mi valía para ir en las listas por ser transexual, han demostrado la necesidad de nuestra visibilización, porque a pesar de la pedagogía que supuso la Ley del Matrimonio Gay, a los transexuales nos queda mucho camino", defendió.
Tras el improvisado mitin, llegó la proyección del que se ha convertido en el primer documental que aborda la memoria histórica con una perspectiva gay. Ha sido precisamente Enrique del Pozo, más conocido por sus apariciones en los programas del corazón, con la ayuda de Antonelli, el que ha puesto en imágenes las vivencias de la comunidad LGBT durante los últimos años de la dictadura y la evolución del colectivo hasta hoy.
"He querido hacer algo sencillo, directo y comprensible para toda la población, para que pueda proyectarse en universidades, colegios e institutos y que se conozca lo que ocurrió también aquí no hace tanto tiempo", dijo Del Pozo, que asegura haberlo financiado de su propio bolsillo.
Así, en una concurrida sala, se escucharon las voces de Armand de Fluvià, fundador del movimiento gay: "La gente ahora no se da cuenta lo que era ser maricón en la época de Franco: nos incluyeron en la Ley de Vagos y Maleantes, éramos la escoria"; del actor Jordi Griset: "Oí a mi madre decir que prefería tener un hijo muerto que maricón y me sometí a las terapias de electroshock"; o del artista Pierrot, recientemente fallecido y que ha sido clave para la elaboración del documental gracias a todos los vídeos que conservaba de aquella época. Un homenaje, un cambio de discurso, un compromiso político, algo nuevo se mueve en Madrid bajo las siglas LGBT.
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