Ya es de madrugada y me pasado varias horas leyendo entrevistas, artículos y algunas intervenciones videograbadas del (la) activista transexual Miquel Missé, de Barcelona españa y me ha suscitado escribir algunas lineas sobre las impresiones que estas lecturas y miradas me han causado.
En primer lugar, la idea de partir siempre del principio básico, de que las "definiciones" o "etiquetas" no sirven para nada cuando se trata, justamente, de "definir" o "etiquetar" la conducta y la identidad de otras personas.
El acto mismo de "definir" implica la utilización de ciertos "criterios" y "parametros" que estan sesgados por nuestras experiencias personales y por nuestras propias preferencias, por lo que nos gusta y no nos gusta si algunas de éstas "ideas" se nos aplicara a nosotras mismas.
Es por ello que siempre preferiré el principio del estricto respeto a la "autodefinición" que las personas formulan sobre sí mismas. De nada vale "atribuir" ciertos "criterios" a ciertas conductas o identificaciones, pues siempre serán "externas" a la experiencia subjetiva e intersubjetiva de la persona misma. Sólo ella tiene el "acceso" privilegiado a su fuero o foro interno como para poder saber lo que siente y piensa que ella es. Pero además esos mismos "criterios", como señalamos arriba, no son "objetivos", sino más bien, parten de nuestra subjetividad.
Pero, en segundo lugar, eso no quita la expresión de una opinión orientada a nuestra comprensión de nosotras mismas y a marcar el terreno de una comprensión dialogante, es decir, de un intercambio de opiniones para aprender del otro.
Creo que Miquel Missé se ubica, ella misma, en una posición que para mi es una confusión en los términos. Por un lado, Miquel Missé se refiere a si misma como activista "transexual", y sin embargo, considera firmemente que el término "transexual" es una categoría "patológica", proveniente de la medicina y la psiquiatria.
Por otro lado, cuando habla de su "transexualidad", le otorga un sentido que yo reconosco como la identidad de una persona "transgénero" y constestaria al binarismo de género. Esto es, que no se reconoce ni "hombre" ni "mujer" sino algo diferente de ambos.
Hasta donde una puede leer la experiencia de las personas "transexuales", estas están pugnando por hacer evidente, y que se les reconosca, su verdadera o real identidad de genero: o bien la un género masculino y por tanto el ser hombres (aunque genéticamente el cuerpo paresca corresponder al de una mujer) o bien la un género femenino y por tanto el ser mujeres (aunque genéticamente, el cuerpo paresca corresponder al de hombre). Por tanto, las personas "transexuales", no sólo NO repudian la existencia de los dos géneros, sino que se reconocen (y desean que los demás reconoscan) el que ellas pertenescan o porten uno de ellos: "Soy hombre"- "Soy mujer".
Es el mismo caso, de las personas "transgénero" en "específico" con la "ligera" o "relativa" diferencia de que para estas últimas, el género y la identidad de género, no se reduce a la parte genital del cuerpo. Lo mismo podría decirse del "sexo": el "sexo" de la persona no se reduce a sus organos sexuales externos, así como estos NO determinan al género ni a la identidad de género, los cuales se generan en una dimensión más amplia de la persona, vale decir, en su "integralidad".
Acierta Miquel Missé cuando dice que el concepto patologizado de "transexual", de ninguna manera "cuadra" con la experiencia de muchas personas: no todas comprenden su identidad a la edad de 3 a 5 años. No todas repudian su cuerpo, ni sus genitales. No acierta cuando extiende el término "transexual" a aquellas personas que no se reconocen en ningún género específico, pues aqui se trata (desde mi perspectiva) de personas "transgénero" en "general".
En tercer lugar, sugiero reconocer el principio establecido por Alejandra Zuñiga y por Lynn Conway, cuando afirman que el referente que más ayuda en estos casos y para estas discusiones, es el del género. Es una contradición en los términos hablar de una "mujer" transexual, cuando esa persona no se reconoce "mujer" y es una contradición en los términos hablar de un "hombre" transexual, cuando la persona no se reconoce como "hombre". Ergo, es una contradición en los terminos, reconocerse como "transexual" cuando la persona no se reconoce en ningúno de los dos géneros reales. A no ser que diga "transexual" cuando en realidad debiera estar diciendo "transgénero".
Ojo. No me estoy poniendo en el caso de las llamadas "HB", para las cuales no solamente el término "transexual" coincide plenamente con un concepto patológico, sino que además, esa patología, al ser fisica (en realidad metafísica e irrealista) el termino exácto sería la de "intersexual". Para las llamadas "HB", dicha patología física muestra una etiología diagnóstica exhaustiva, recurrente y necesaria, y que se agrupa en el trastorno llamado "Disforia de Géneró".
Para ellas, quien no presente esta etiología, no puede tener esa patología fisica, quien no tiene esa patología fisica, no puede padecer de la enfemedad llamada "Disforia de Género". quien no la pedece, debe padecer un transtorno mental o un trastorno de la identidad sexual o de género, y por tanto, es una persona "transgénero", en los terminos de los años 60, osea, o bien "travestista" o bien un hombre "homosexual", latente o manifiesto. Y es así como ellas, caen en el dogmatismo cientificista de la medicina patologizante de las identidades y en un aberrante sectarismo discriminador, que niega la diversidad de experiencias a través de las cuales se manifiesta la "transexualidad".
Muy por el contrario. Si sugiero que Miquel Missé esta hablando como una persona "transgénero" y no como una persona "transexual", no es por que este "trastornada" ni mucho menos. Menos aún diria que "no cuadra" en esa patología fisica de la que hablan las "HB". Si no más bien por que le creo. Por que creo que es sincera consigo misma y con los demas, cuando expresa que no se siente identificada plenamente, con ninguno de los dos géneros. Y por que creo que las personas "transgenero" son personas reales y sinceras, y creo que no existe ningún fundamento para negar el hecho de haya personas que, efectivamente, no se sienten identificadas con ninguno de los géneros convencionalmente reconocidos, como que existen personas que realmente se sienten identificadas con los dos, al mismo tiempo, siendo por ello, también personas "transgénero".
Finalizo diciendo lo que seguramente motivó este escrito: El "criterio" del "genero", sigue siendo valido como un referente de la identidad.
Si una persona (genéticamente XX) se identifica como "hombre" o si una persona (geneticamente XY) se identifica como "mujer", es una condición humana que implica una relación no convencional entre parte del cuerpo y los dos géneros existentes, pero en la que definitivamente, existe una identificación con un género. A esta condición la llamo "transexual" y/o "transgénero en especifico", hasta que encontremos términos mas apropiados. No existe, no puede existir, en la realidad, un "cuerpo" que ande "separado" del "género". Eso es metafisica, esquizofrenia o una figura metafórica. Sentimos lo que somos a partir de y a través de, nuestro "cuerpo". Es el "cuerpo" quien siente, piensa, sufre y llora. Es por eso que en la mujer transgenero o transexual existe una relación de género entre cuerpo y mente. El problema es su forma anatómica.
Aunque en realidad, la meta, el norte, es que nos recoscamos y nos resconoscan, simplemente, como hombre o como mujer. A secas (*).
Si una persona (ya sea genéticamente XX o XY), no se identifica con ningúno de los dos sexos y/o géneros convencionales, es una condición que yo llamo "transgénero en general", y por que efectivamente, el termino le es más exácto: "trans"-"género", mas alla o por encima de los géneros. Por eso tambien se habla, y con razón, de corporaciones "transnacionales".
Lo realmente admirable y meritorio de Miquel Misse, es que a pesar de su relativa comodidad personal en cuanto a su propio cuerpo, se halla embarcado en una importante y dura batalla, en favor del derecho de las personas "transexuales" a no ser patologizadas, el derecho de no ser consideradas como !!casos psiquiatricos!!, al derecho de decidir modificar o no modificar nuestros propios cuerpos, y que la infelicidad social que ocasiona la incongruencia entre un forma de la anatomía fisica con el género y la identidad de género, sea resuelta, tambien, socialmente, por el Estado y la sanidad pública.
Miquel Misse, mi agradecimiento y admiración.
(*) Hay un debate que debe ventilarse más abiertamente: nuestra "reivindicación" de la "normalización", ¿esta en contradición con los estereotipos de género en una sociedad capitalista, machista, patriarcal y heterosexista, o más bien la refuerza?
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