El pecho le brincaba como si hubiese corrido un kilómetro entero y en plena oscuridad de la noche. Como si estuviera escapando de los policías que generalmente la acosan cuando está trabajando en las calles de Caracas.
Nicole se sintió igual, o peor... Solo que esta vez estaba atada, con esposas y capucha porque quedó detenida, tras ser vinculada en dos crímenes de sus compañeras.
Con la respiración acelerada y casi sin poder hablar, logró levantar la voz y rogar para que le quitaran las esposas que la estaban maltratando.
Los policías lo hicieron, y también le quitaron la capucha, le dieron una botella de agua mineral y le dijeron que se calmara, que solo debía colaborar con la investigación.
Con las manos temblorosas, se empinó el frasco de agua y suspiró, solo dijo: "Está bien".
Nicole llegó a Caracas en noviembre del año pasado. Apenas tiene 19 años. Toda su familia reside en el estado Falcón.
Física y psicológicamente es mujer, pero biológicamente es hombre. Su condición de transgénero la impulsó a buscar dinero en la capital y así poder ayudar a sus parientes.
Con referencias llegó hasta las manos de "La Prince", la segunda al mando de la directiva que controla el negocio de los transexuales en las calles y avenidas de Caracas. Fue ella quien le tendió la mano y le dispuso la avenida Libertador para que trabajara.
Eso sí, siendo fiel a sus órdenes y cancelando la cuota correspondiente por día.
De esa manera Nicole comenzó a ganar dinero. Pero también comenzó a ganar miedo, angustias y dolor.
Fue testigo de ataques perpetrados por La Prince hacia sus compañeras, porque no le pagaban la cuota.
No podía decir nada pues la tenía amenazada.
La noche del 30 de abril, La Prince asesinó a dos de ellas: Ruby, de 19 años, y Samantha, de 39. Esta última era dominicana y su cadáver aún permanece en la morgue.
Luego, la líder atacó a Luisa, de 18 años, frente al hotel Dallas en El Rosal. El crimen ocurrió la noche del jueves.
Por estos casos, el Cicpc detuvo a La Prince y a Nicole, además, de un menor también transexual.
Nicole confesó a los funcionarios la manera como actuó la líder, pese a que aún en la celda del Cicpc la seguía amenazando. Después de ello, las separaron y serán presentadas a los tribunales en los próximos días. De ser enviadas a un penal, las autoridades dijeron que las recluirán en uno masculino, pero estarían en un anexo especial para evitar que sean atacadas.
Yonatan Matheus, director general de la asociación civil Venezuela Diversa manifestó que este año han asesinado a cuatro transexuales, y pidió al Estado apoyo para este gremio.
dramirez@eluniversal.com
NOTA: Efectivamente, generalmente ser transexual es vivir atada y con miedo a la muerte. Pero ser transexual no implica necesariamente pertenecer a ese terrorífico mundo de la prostitución. Sucede algo así con los homosexuales: como los mas amanerados y afeminados son los que más se muestran públicamente, se cree que son la mayoría de personas homosexuales. No es así. La gran mayoría no tiene que manifestarse públicamente, y ni siquiera, tiene necesidad de mostrar "amaneramientos", sinoi todo los contrario.
Igual viene pasando con las mujeres transgenero y/o transexuales: ya que una infíma minoría de nosotras se ve obligada a ejercer este antiguo oficio de manera callejera, se piensa que son la mayoría, o peor, que todas vivimos en ese mundo ( osea, todas somos "travestis"). No es así. La gran mayoría de mujeres transgenero y/o transexuales, apenas si estamos terminando de lidiar con el impacto de reconocer nuestro verdadero género o si ya lo hemos hecho, estamos lidiando por insertarnos de manera normalizada en la sociedad. Estamos en el trabajo, las oficinas, los mercados, las escuelas, universidades, etc., peleando por ser aceptadas como tales. Y eso, cuando podemos transicionar o hacernbos públicas.
No interesa si son mujeres transexuales o mujeres no transexuales, la prostitución callejera es una sola. Es u mundo con sus reglas al margen de la Ley.
Lastimosamente, es la propia sociedad que, por discriminación estructural (pobreza) o discriminación de género, condena a cualquier mujer a tener que sobrevivir en ese mundo.
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